El significado de jugar la Ryder Cup, su relación con Tyrrell Hatton, una castaña tremenda en Bethpage y los gritos de la afición de Nueva York han sido el centro de su comparecencia ante los medios acreditados.
Comparecía Jon Rahm en sala de prensa en Bethpage para atender a los medios que le han preguntado por temas diversos.
Pocas preguntas de calado puramente deportivo pero sí algunas muy interesantes que nos ayudan a entender lo que significa este evento para un jugador de golf profesional. Especialmente para un tipo como Jon que ama este deporte casi tanto como ama al Athletic de Bilbao. De hecho, alguna de sus respuestas ha estado cargada de contenido futbolístico.
La verdad, escuchar a Jon es un gusto porque no rehúye ninguna pregunta y escapa de la respuesta prefabricada. Dice lo que piensa y esto siempre merece la pena escucharlo.
Todo lo que ha dicho Jon Rahm en la previa al arranque de la Ryder Cup 2025 a continuación:
Jon, ¿hay alguna parte de esta semana que te encante y que quizás, de niño, no esperabas que te fuera a gustar o que ni siquiera pensaste en ella? ¿Algo inesperado de esta semana que siempre esperas con ilusión?
Jon Rahm:
Me has pillado un poco con esa. Definitivamente no sabía qué esperar en mi primera Ryder Cup. Obviamente, después de esa primera, te das cuenta de lo divertida que es la parte de equipo, ¿verdad? Poder ver todas las diferentes personalidades y cuánto nos reímos y disfrutamos los momentos en el vestuario durante la semana. Eso no era algo en lo que pensara de niño. Cuando eres niño, piensas en momentos como el de Poulter en Medinah, o el de GMac (Graeme McDowell) en el hoyo 16 de Celtic Manor, todos esos grandes momentos. Yo solo pensaba en el aspecto del golf, nunca en lo que pasaba en el vestuario. Y esa primera Ryder Cup fue bastante interesante porque ves todas esas personalidades que no ves normalmente en el día a día.
Muchos jugadores dicen que la Ryder Cup es la primera vez que realmente sienten que pertenecen al nivel más alto entre sus compañeros. En tu primera Ryder Cup, ¿sentiste que pertenecías?
Sí y no. Definitivamente hay una jerarquía, porque en ese momento llevaba siendo profesional, creo, menos de dos años. Bueno, justo un poco más de dos años. Estaba alto en el ranking mundial, sí. Estaba jugando muy bien. Pero en cuanto entré al vestuario, fue muy, muy evidente que yo estaba más abajo en la jerarquía en cuanto a la Ryder Cup, simplemente por lo cómodos que estaban algunos jugadores y lo diferente que es la dinámica de esa semana. ¿Pertenencia? Sí. Pero la presencia, o como diríamos ahora, el aura de algunos jugadores… En cuanto entré al vestuario en París, la presencia de Sergio y Poulter era muy notable. Lo mismo con Rory y muchos otros. Y como un novato muy joven, la intimidación fue inmediata. Fue muy diferente a lo que esperaba, lo cual, en cierto sentido, fue un ejercicio de humildad para el futuro.
¿Está claro ahora quiénes son los «Sergio y Poulter» del vestuario europeo?
Sí. En ese momento era muy evidente. Y creo que Sergio se convirtió en el máximo anotador en la historia del equipo europeo. Y también estaban otros como Lee Westwood, que había estado en casi diez Ryder Cups. Creo que Lee ha estado en once. Es solo esa presencia. Habían vivido tanto juntos durante casi veinte años que, claro, tú como el nuevo tienes mucho que aprender.

¿Cómo describirías el desarrollo de tu relación con Tyrrell Hatton en estas últimas tres Ryder Cups, especialmente en comparación con los últimos dos años?
No creo que Tyrrell y yo nos dijéramos una palabra en París hasta el domingo por la noche. Juntos, quizás dijimos diez palabras en toda la semana. Los dos éramos muy callados. Y obviamente en Whistling Straits, eso cambió un poco, ¿no? Nos emparejaron. Teníamos intereses similares, ambos jugábamos al Call of Duty en ese entonces. Éramos los únicos del equipo que lo hacían. Así que compartimos intereses y teníamos una intensidad similar en el campo. Fue ahí cuando nos emparejaron por primera vez y nos lo pasamos muy bien. Jugamos muy bien, con ese gran birdie en el hoyo 18 para empatar el partido. Ahí empezó todo. Luego, en Roma, creo que fue cuando realmente comenzó nuestra amistad, compartiendo esos partidos de foursomes.
Y, en los últimos dos años… Es un tipo increíble. Creo que se le malinterpreta mucho en el campo de golf. Es una de las personas más graciosas que conocerás fuera del campo. No tiene miedo de reírse de sí mismo. Obviamente compite como lo hace, y entiendo perfectamente su forma de competir porque nuestra manera de pensar es muy similar. Cuanto más lo conozco, más me doy cuenta de la gran persona que es. Lo ves no solo con los compañeros, sino también en cómo trata a quienes lo rodean, cómo trata a su esposa. Es un gran ser humano.
Ya tenemos la versión de Tyrrell de la celebración de final de temporada. ¿Podemos escuchar la tuya? Toda la versión, si no te importa.
¿Cuánto dijo? ¿Contó toda la historia de Wentworth? ¿Todo lo que pasó esa noche? ¿Quieres mi versión de lo que hizo él o de lo que hice yo? Porque…
La tuya.
No bebo mucho, pero afortunadamente tengo un «tanque» más grande para soportarlo. El tema principal es que él acababa de enterarse de que se había clasificado para la Ryder Cup, lo cual, estando en LIV, es extremadamente difícil. Lo que hizo fue impresionante y entiendo perfectamente el orgullo que sentía y por qué quería celebrarlo. Además, era el final de temporada para nosotros.
El problema fue la cantidad de cosas que mezclamos. No voy a entrar en detalles, seguro que él sí lo hizo, pero entre vino, gin-tonic, amaretto sour, un margarita —no sé por qué— y luego un vodka de fresa con limonada que nadie sabía exactamente qué era… el camarero fue muy creativo. Fue simplemente demasiado.
Ninguno nos sentíamos bien el lunes, pero él, definitivamente, se sentía peor.
Jon, ¿cómo has visto evolucionar el papel de Rory a lo largo de las diferentes Ryder Cups?
En París, él ya era uno de esos nombres, ¿verdad? Es Rory McIlroy. Es uno de los mejores jugadores del mundo. Pero aún había otras grandes presencias. A medida que han pasado las Ryder Cups las cosas han ido cambiando, especialmente en Roma, creo que ahí cambió todo.
En Whistling Straits no fue su mejor semana, no estaba jugando su mejor golf, y cuando no juegas bien es difícil tener esa presencia. Pero en Roma, fue él mismo. Es el nombre más grande que tenemos en Europa, el mejor jugador que tenemos, y definitivamente la presencia más fuerte. Es el líder del equipo europeo, sin duda. Es especial tenerlo, estar cerca de él. Es una superestrella, y mi respeto por él y por su juego no deja de crecer cuanto más tiempo paso con él.

Jon, eres un jugador emocional. ¿Cuánto se tratará esta semana de controlar esas emociones en el campo? ¿Hay alguna manera de prepararte para eso, además de usar gafas de realidad virtual o cosas por el estilo?
No creo que esas gafas realidad virtual sean lo suficientemente creativas como para simular lo que nos espera esta semana. Por lo que hemos visto en las rondas de prácticas, lo bueno de esta semana es que los fans de Nueva York son muy apasionados. Y, afortunadamente, eso es algo con lo que puedo identificarme. En ambos sentidos, es muy divertido. Pero tienen la capacidad de ser increíblemente creativos, lo cual todos podemos apreciar.
Todos hemos estado en un partido de casa intentando decir cosas al equipo visitante, ¿verdad? Pero hay gente aquí que se inventa cosas que yo jamás en la vida habría imaginado. Es muy divertido formar parte de eso. Ellos entienden el deporte. Y en cierto modo, por lo que he experimentado en Nueva York, cuando juegas bien y rindes, también te respetan. Así que es un placer jugar delante de ellos.
Pase lo que pase, lo estoy esperando con muchas ganas, porque será especial. Puedes prepararte mentalmente si ya has estado en una Ryder Cup como visitante. Si no, descubrirás cómo reaccionas en el primer tee.
Jon, tengo curiosidad por la estrategia desde el primer tee esta semana. Sé que algunos jugadores estadounidenses han estado usando el driver e intentando ir directo al green. ¿Está eso en el plan para ti o lo han discutido?
Depende del viento. Si sopla a favor, quizás no por la mañana, pero si es con viento totalmente a favor, se puede llegar bastante cerca. El rough no está tan alto como para obligarte a pegar a calle así que puedes darte el lujo de fallar, quedar cerca del green y tener una buena oportunidad de dejarla cerca del hoyo. Si es contra el viento, es driver sí o sí. Y si es a favor, también probablemente sea driver. No creo haber considerado otro palo, la verdad. No sé si puedo llegar al green. Necesitaría que la calle estuviera bastante firme para poder alcanzarlo. No creo que tenga el carry que tienen Bryson, Cam Young o Rory.
Jon, hablando de los fans y su creatividad con los gritos, vi que alguien te gritó algo sobre el medicamento Ozempic el otro día.
Ah, sí. Primer golpe en la ronda de práctica. No sé exactamente qué dijo, pero algo fue. Creo que fue algo como «¿Dónde está el Ozempic?» o «¿Cuándo Ozempic?» Algo así. No sé qué palabra exactamente. Fue gracioso. En general, los gritos han estado dentro del buen gusto, así que no hay problema con eso. Hasta ahora, el humor ha estado presente, ha sido bastante divertido. Obviamente, imagino que mañana las cosas podrían cambiar un poco, pero siempre hay algunos gritos graciosos. Y no solo para mí, para todos.
No voy a repetir lo que dijeron, pero ayer en el 17, Shane (Lowry) y yo nos reímos bastante con algo que dijo alguien del público.
Hoy en día, la gente es muy creativa.
Posteriormente, Jon respondía ya fuera de la sala de prensa a un par de preguntas más en castellano para los micrófonos de los compañeros de la Ryder Cup:
John, es la cuarta vez que apareces en la Ryder Cup. Cuéntanos tus pensamientos antes de que la competición comience:
Un honor, como siempre. Aunque sea la cuarta vez, cada vez es igual de especial. Aunque sé un poco qué esperar, aunque sé qué va a pasar con la dinámica de la semana, sigue siendo igual de especial cada vez que venimos. Es tan divertido ser parte de este equipo, me llena de tanto orgullo que ojalá pueda seguir haciéndolo muchos años y ojalá pueda seguir haciéndolo bien que lo he hecho hasta ahora.
Ayuda mucho que, bueno, 11 de los 12 son los mismos y el 12º sea el hermano gemelo de uno de nuestros jugadores, que fue parte de la Ryder como ayudante de Tomás Björn. Así que es un orgullo, estamos muy contentos de estar aquí y la verdad que con un nivel de comodidad y de amistad entre nosotros que igual en otros años sí que teníamos, pero no tanto. Al ser básicamente el mismo equipo, creo que lo hace muy especial.
Mucho se ha dicho sobre la atmósfera que habrá en el campo esta semana. ¿Cómo canalizas esa energía para convertirla en emociones positivas para ti mismo?
Mira, es la única semana, entre comillas, que nos sentimos como, voy a decirlo, como jugadores de fútbol. Si lo digo en términos míos, cuando el Athletic va a Anoeta, cuando el Real Madrid va al Camp Nou o el Barça va al Bernabéu, tienen esa lucha, entre comillas.
Tienen a ese público en contra y como jugadores de golf, en un deporte individual, no se suele tener algo así. Y la verdad que es una suerte y un privilegio el poder competir ante un público ajeno y sobre todo intentar hacerlo bien. A ver si podemos jugar bien y darles un buen espectáculo porque es algo que los habitantes de Nueva York sí que admiran.
Es buen deporte y son buenos competidores. Aunque sean duros y aunque vayan a ser muy ruidosos, también aprecian a la gente que lucha y compite con ese mismo nivel de energía. Así que tengo ganas de ojalá darles un buen espectáculo y unos buenos matches.